Me surge esta duda pues, de acuerdo a lo que he presenciado, la mayoría del público que va a los espectáculos NO ES precisamente la que NO tiene acceso a la cultura...(hay excepciones, claro)
Por ej. cuando Binari se presentó en Peñalolén, habían puros hippies lais con plata, de esos de la comunidad ecológica...me extrañó porque de hecho al frente del centro cultural vive gente de clase media baja...Me faltó ver a los cabros chicos pelusas, a los cabros que generalmente uno ve en la esquina, a la dueña de casa...
Esa gente me falta en Stgo. a Mil...así que infiero la siguiente conclusión: El que la gente como la "Señora Juanita" vaya a ver teatro no depende solamente de una cuestión económica, de si es gratis o no... Me imagino que -aparte de muchos otros factores- tiene que ver con una sensibilidad ausente (por favor que no se entienda como la eterna discusión de qué es lo culto) de un ethos cultural que aún no se ha instalado en nosotr@s. ¿Culpa de quién? ¿De la casi ausente política cultural en nuestro país? ¿A nuestro sistema educativo que no promueve canales de participación cultural dentro de las aulas, es decir que muestra la cultura que ya está hecha, pero que no permite a l@s alumn@s hacer cultura? ¿De la propia gente que no se interesa?
Quizás estamos alienados por otro tipo de proceder cultural homogéneo; por formulas repetidas de cómo pasarlo bien: la tele, el mall, el fútbol, el copete, la disco, el asado, el Kike Morandé, el teatro comercial-tipo San Ginés o "teatro en Chilevisión"- etc. etc. No digo que hacer esto esté mal, (yo también hago varias de estas cosas) el problema, creo yo, es cuando, como sociedad, centramos nuestra felicidad en esto y sólo en esto, sin darnos el espacio para buscar ampliar nuestro horizonte con otro tipo de fórmulas, como los espectáculos de Stgo. a Mil...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Paroles...